Detectar una infestación parasitaria en un perro o un gato

Los parásitos externos (o ectoparásitos) más habituales son las garrapatas, las pulgas y los flebótomos. Estos pequeños organismos se alimentan de la sangre y la piel muerta (caspa) del animal provocando lesiones e irritaciones cutáneas.

• Las pulgas pican al animal y se alimentan de su sangre. Son una plaga ya que se reproducen muy rápido, poniendo hasta 50 huevos cada día. Provocan eczemas, anemia y pueden llegar a transmitir tenias. Los perros y gatos contraen las pulgas en la naturaleza, por contacto con otro animal infestado o por los huevos de pulgas que han anidado en su entorno (mantas, cestas, suelos de madera, etc.).

• Las garrapatas son ácaros que se adhieren a la piel de su huesped y clavan su cabeza para poder alimentarse de la sangre del animal durante varios días. Es probable encontrarlas en zonas rurales y boscosas y se adhieren con mayor frecuencia a los perros que a los gatos. Pero que en cualquier caso, son portadoras de enfermedades como la enfermedad de Lyme y la piroplasmosis, que pueden ser mortales en el caso de los perros si no se tratan a tiempo. 

• Los flebótomos son unos mosquitos de reducido tamaño, de color amarillo pajizo, cubiertos de abundantes pelos. Son mosquitos de vuelo corto y silencioso, y son difíciles de ver. Estos parásitos, infectados con el parásito del género leishmania, trasmiten a través de su picadura, la Leishmaniosis. Es una enfermedad poco frecuente aunque desde el año 2010 se ha producido un aumento considerable en el número de casos detectados. Los parásitos se multiplican en las células blancas de la sangre de los perros, encargadas de la defensa del organismo frente a los ataques de agentes infecciosos, dejándolos desprotegidos.

La lista de parásitos externos es larga e incluye también a los piojos, o los ácaros, arácnidos presentes en verano que, en estado larvario, se alimentan de la sangre del animal.

Otra amenaza a tener en cuenta son los mosquitos, que también son ectoparásitos y pueden transmitir enfermedades. Es el caso del mosquito tigre, que transmite a perros y gatos un virus llamado "gusano del corazón". Los mosquitos infectados pican al animal y dejan que el gusano penetre en la piel. A continuación, el gusano viaja hasta el corazón del animal, causando problemas cardíacos y respiratorios graves o incluso mortales.

Por último, las chinches son insectos que pican a sus ocupantes y les chupan la sangre. Se esconden en los armazones de las camas, la ropa o las alfombras, las grietas del suelo, etc.
 

Los parásitos también incluyen a los que se encuentran dentro del cuerpo del animal: los gusanos, en los que se piensa menos pero cuya presencia puede ser igual de peligrosa para nuestras mascotas. Distinguimos entre gusanos redondos, reconocibles por su forma de espagueti; y gusanos planos, se encuentran en el intestino del animal.

En los cachorros, hablamos de gusanos áscaris, gusanos redondos y alargados que se desarrollan en el intestino delgado cuando son muy pequeños. Es la madre quien lo contamina a través de la placenta o con su leche. Por lo tanto, la desparasitación debe realizarse al principio de la vida del perro para prevenir las infestaciones parasitarias.

Las tenias se producen por la ingestión de alimentos contaminados con huevos (como la carne cruda) y pueden ser transmitidas por las pulgas.
 

• El primer signo no es necesariamente alarmante: si tu mascota suele rascarse o lamerse. Sin embargo, puede morderse en un intento de aliviar el picor hasta provocar una herida abierta.

• El estado general del animal indica la presencia de parásitos externos: ¿el pelaje está limpio y suave o es opaco y áspero al tacto?

• Un gato que sufre picores o irritación debido a las pulgas tiende a acicalarse en exceso.

• El animal muda en exceso.

• Algunos parásitos dejan marcas en el perro o gato que son visibles a simple vista.

Si observas que tu mascota se rasca la cola o se frota el trasero contra el suelo, es probable que los gusanos estén colonizando sus intestinos.

Los síntomas que indican la presencia de lombrices son: pérdida de peso, problemas digestivos como vómitos y diarrea, vientre hinchado, crecimiento lento en los cachorros, picor en el ano, tos debida al paso de las lombrices al esófago o los pulmones, y pelaje apagado y seco con caspa.

Estos síntomas son alarmantes y requieren atención veterinaria, ya que los gusanos a menudo pueden formar una obstrucción en el intestino o perforarlo.

• Comprueba el comportamiento de tu perro o gato: puede que se rasque o lama con demasiada frecuencia, o que notes que está incómodo. Un perro o un gato que se rasca no siempre significa que tenga pulgas, pero si observa la presencia de los otros signos mencionados anteriormente, es muy probable que haya una infestación.

• Es importante inspeccionar manualmente a su mascota para detectar la presencia de parásitos en su pelaje, aunque no salga mucho, si es que sale. Cuando tu mascota esté infestada de piojos, su pelaje tendrá un aspecto apagado y sucio y es posible que encuentres larvas en él.  Si ves una garrapata, no la dejes, retírala con unas pinzas o tenacillas (si no tienes otra cosa a mano), asegurándote de que no queda ninguna parte del parásito en la piel. Evita aplicar alcohol a una garrapata adherida: esto hará que libere su "saliva" potencialmente infestada en el torrente sanguíneo de tu mascota.

Los parásitos son pequeños pero se pueden vigilar. La siguiente ilustración muestra las zonas donde es más probable que se escondan las plagas. Recuerda revisar a tu perro después de cada paseo para detectar una plaga lo antes posible.
 

• Si no ves los parásitos a primera vista, mira más de cerca porque algunos dejan rastros. Las pulgas son de color marrón oscuro y dejan pequeños excrementos negros en el pelaje. Puedes verlos colocando al animal sobre un paño blanco o de color claro y peinándolo con un peine especial. Cualquier residuo que quede en el peine o se caiga puede ser suciedad o excrementos de pulga. También es probable que encuentres sus huevos (pequeñas manchas blancas). Si además tu mascota está mudando y se rasca la espalda hasta sangrar, probablemente esté infestada. Las zonas donde se encuentran las pulgas son principalmente: la línea del lomo, la base de la cola, el vientre, la parte posterior de las orejas y la parte interior de las patas.

• Las lombrices ponen huevos (caracterizados por pequeños puntos blancos parecidos a granos de arroz) que se excretan en las heces y, en caso de infestación grave, es posible que encuentres gusanos. Comprueba las heces de tu mascota y, si tiene vómitos, busca gusanos en ellas.

Asegurarse de que tu mascota no sufre una infestación parasitaria es necesario para mantenerla sana y poder actuar a tiempo. Sin embargo, a veces el picor tiene otra causa. Si tienes varios animales y sospechas que uno de ellos tiene parásitos, debes ocuparte de tus otras mascotas, ya que las infestaciones son contagiosas.